
“Sin la escuela primaria universal, que prepare para la participación en el gobierno, habilitando al ciudadano para el ejercicio correcto de sus derechos i para el buen cumplimiento de sus obligaciones; sin la escuela primaria que dé a todos igualdad o equilibrio de oportunidad -tan esencial como la igualdad ante la lei -para que cada uno realice lo que dentro de sus necesidades i aptitudes está en situación de realizar, la igualdad que las leyes proclaman es casi un sarcasmo i la democracia misma un imposible”.
Así escribía en 1910, el educador chileno Darío Salas en su conferencia “La Educación Primaria Obligatoria” dictada el 29 de junio de 1910 en el Salón de Honor de la Universidad de Chile. Efectivamente, según el Censo de 1895, de una población de 2.7 millones de habitantes de Chile, sólo el 9.5% sabía leer y escribir. No había duda de que la educación chilena era elitista, que pocos concluían los estudios primarios y terminar esa etapa tampoco significaba el paso hacia la educación secundaria.
En ese escenario es cuando emerge la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria de 1920, de cuya promulgación, el 26 de agosto, se cumple un siglo. Los postulados de Darío Salas y de otros educadores fueron claves para la promulgación de la ley, según los historiadores de la educación.
La ley establecía la educación primaria obligatoria y gratuita impartida por el Estado y municipios, para niños, niñas y jóvenes de entre 7 y 15 años y fijaba en 6 años la duración de los estudios para las escuelas urbanas (3 ciclos de 2 años); y en 4 años el ciclo en escuelas rurales. Asimismo, establecía que las Juntas Comunales de Educación debían monitorear dicha obligatoriedad. Y establecía escuelas fiscales para niños, niñas y jóvenes, pero también para adultos y párvulos); comunales (establecidas en Constitución de 1933 por cada 1000 habitantes); y particulares, las cuales eran obligatorias para propietarios agrícolas y empresas (industriales y mineras).
Una ley que nació en medio de la llamada cuestión social en Chile. ¿Cuáles fueron sus impactos? ¿Por qué demoró 18 años en aprobarse? ¿Cuáles son los desafíos para la educación pública hoy? Temas que fueron analizados en entrevista con el Instituto de Estudios Avanzados en Educación, por dos Premios Nacionales: Beatrice Ávalos e Iván Núñez Prieto. Les invitamos a leer las entrevistas.