
¿Cuáles fueron algunos de los principales impactos de la ley de educación primaria obligatoria?
Es difícil preguntar por impacto, porque éstos se demoraron, pero hay un impacto de principios. Hubo una legislación anterior y un importante debate político. El primer proyecto se presentó en 1900, hasta que finalmente se aprobó, con el apoyo del entonces parlamentario Arturo Alessandri Palma, quien ya había sido electo presidente. La ley decreta la educación obligatoria primaria entre los 7 y 15 años y que ésta debía durar 6 años en las áreas urbanas y 4 años en las áreas rurales. Además, fija una obligación de los padres y de los empleadores de mandar a los niños a la escuela. También creaba escuelas para adultos y párvulos.
Pero esto es en la letra y su implementación resulta difícil. Aunque algunos análisis muestran que se logra un aumento de matrícula: de 335 mil niños matriculados en 1920 se pasa a 431 mil en 1922. Y se produce en la primera década una disminución del analfabetismo del 49% al 43%. Sin embargo, el historiador Fredy Soto dice que no todo se cumplió, por ejemplo, los privados no cumplieron con la construcción de escuelas. Tampoco se materializó lo de la educación parvularia y técnico-profesional.
Pero el proceso se había iniciado. En la reforma de 1965, la obligatoriedad de la enseñanza sube a 8 años; y en 2003 se establece la obligatoriedad hasta la educación media. Los principios centrales de la ley fueron precursores del concepto de “educación para todos” que impulsaría la UNESCO con la declaración de Jomtien de 1990, y actualmente el 4º Objetivo de Desarrollo Sostenible al 2030.
18 años demoró el acuerdo para promulgar la ley. ¿Qué hace que se produjera ese acuerdo?
Lo que gatilla el acuerdo es lo mismo que hoy. Los educadores lo pedían desde hacía décadas. Pero era la clase política era la que tenía que ponerse de acuerdo. Por ejemplo, Darío Salas publica un libro en 1917 sobre la importancia de educar. Eso motiva a los parlamentarios a ponerse de acuerdo, al tiempo que El Mercurio convoca un congreso en 1919 para discutir temas de educación y que cuenta con la participación de Brígida Walker, Pedro Bannen, Darío Salas y Claudio Matte. El triunfo de la Alianza (radical, liberal, nacional) en las elecciones parlamentarias de 1918, junto con el apoyo a la obligatoriedad de la educación por parte del senador Arturo Alessandri (a punto de asumir la presidencia) y los esfuerzos de parlamentarios por caminar hacia acuerdos, hace posible su aprobación.
La llamada cuestión social de aquellos años, ¿gatilla, de algún modo, el acuerdo?
En Chile había mucha pobreza y muy poca educación. Y la clase educada empezó a tomar conciencia de la necesidad de los cambios, impulsada por partidos que sí estaban preocupados por la cuestión social, como los radicales. Los grandes presidentes que siguen en las décadas posteriores toman con fuerza este tema.
¿Cómo se analiza el contexto que rodeó a esta ley, como la cuestión social, con la perspectiva de un siglo después, cuando nuevamente enfrentamos un tema social relevante?
La historia no se repite igual. Hay que mirar el desarrollo de la educación como una mirada en la que vamos perfeccionándonos. El camino hacia la educación pública empieza en la época de Manuel Montt, en el siglo XIX, continua en discusión a lo largo del siglo XIX y surge, como primer fruto, la ley de 1860 que obliga a que se establezcan escuelas primarias. Es una discusión sobre calidad de la educación que es asumida por educadores como Darío Salas. Con la dictadura cívico militar, se deshace todo esto, con una nueva lógica, económica, el neoliberalismo, que favorece la libre elección de educación y deja de ser el estado el principal responsable de la educación. La tarea del estado subsidiaria es hacer lo que no pueden hacer los otros. Entonces cuando volvemos a la democracia lentamente estamos tratando de revertir esa situación, pero nunca logramos de verdad establecer el mismo rol del Estado. Hemos logrado tener leyes importantes. La ley de educación pública significa rehacer el sistema, desmunicipalizar la educación y trasladarla a los Servicios Locales de Educación. Pero la injerencia de los municipios en la educación existía desde antes y está consagrada en la ley de 1920.
¿Debemos acelerar el paso para tener un estado tan fuerte en educación?
El estado no fue absoluto en la ley de 1920, no se estableció una educación complemente controlada por el Estado, sino que se establecieron escuelas comunales (establecidas en Constitución de 1933 por cada 1000 habitantes); y particulares, que eran obligatorias para propietarios agrícolas y empresas (industriales y mineras) y voluntarias. Además, hay una crítica interesante y es que quienes accedían a la educación podían seguir una carrera en la educación pública, llegando hasta la secundaria y más allá, pero era una elite. Al menos, lo fue hasta 1965. En paralelo había otro camino: solo la escuela pública primaria. Eso cambia en 1965. Pero ello no quita que haya sido muy bueno que se decretara la obligatoriedad de la educación en 1920. Hoy tenemos obligatoriedad de 12 años de educación y es el resultado de un camino progresivo, que empieza en 1920.
¿Como se asegura esa educación y que ésta sea de calidad para todos?
Con una injerencia del Estado en el financiamiento de las escuelas y tener sus propias escuelas. Eso lo estamos intentando recuperar con la nueva ley de educación pública, pero no se va a recuperar igual, porque tenemos una fuerte educación privada.
En ese sentido, ¿cómo se logra el desafío de recuperar el rol de la educación pública, y el rol del Estado como garante de una educación pública equitativa y de calidad?
El desafío es ampliar la población que asiste a la educación pública, porque ésta permite y favorece una educación para la ciudadanía, no tiene un color religioso o político. Eso no quiere decir que no pueda haber educación privada, pero ésta tiene que seguir los lineamientos de los granes principios de formar ciudadanos, con conocimientos necesarios para ejercer sus derechos y cumplir sus obligaciones.
¿Y la ley de educación pública permite lograr ese objetivo?
Con la creación de los Servicios Locales de Educación estamos en camino de crear una educación pública descentralizada con calidad pedagógica, que produzca buenos estudiantes y egresados y que abra oportunidades para todos y todas. Estamos en proceso de construcción de esa nueva educación pública, hay que darle contenido, lo que es responsabilidad del Estado, desde el Mineduc.
Ad portas de debatir una nueva Constitución, es el minuto de debatir esos temas…
Una nueva Constitución tiene que garantizar los principios. La Constitución de 1925 planteaba que la educación es atención preferente del Estado. ¿Vamos a repetir eso o lo vamos a enunciar de forma distinta? Eso es parte de la nueva discusión de la constitución y es importante mirar otras constituciones.
La ciudadanía hoy pide espacios de participación. ¿Cuál es el rol de la ciudadanía en la recuperación de la educación pública?
Chile ha ido afirmando un sistema de educación para todos y todas, obligatorio y gratuito a partir de la Ley de 1920 que conmemoramos hoy día, hasta su extensión actual a 13 años de obligatoriedad escolar y cuyo cumplimiento el Estado y un sistema educacional público y privado debe garantizar, bajo principios de calidad, equidad y justicia social.
Es tarea de nosotros, los y las ciudadanos velar porque estos principios y derechos se materialicen, investigando su aplicación, analizando sus problemas y proponiendo soluciones, como lo hicieran, educadores, políticos y ciudadanos, en aquellos años de comienzos del siglo XX.
En ese sentido, ¿cuáles son las preguntas más importantes sobre educación que debemos plantearnos?
Una pregunta clave que nos persigue desde el siglo pasado es la oportunidad de una educación de calidad para todos. Sigue siendo un concepto complicado, porque significa que toda la ciudadanía tiene la oportunidad de lograr alfabetización, manejo de los temas importantes en el espectro social, optar a un currículo que refleje la diversidad. ¿Queremos un currículo recargado de hechos versus un currículo basado en hechos importantes? Tenemos que pensar en un tipo de educación más acorde con la manera de pensar en esta era.