Patricio Cabello, profesor del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile, participó junto a Javier Torres, investigador del centro Eduinclusiva, en el panel “Desafíos y oportunidades para la convivencia en la escuela del siglo XXI”, organizado por el Colegio de Profesores de la Región Metropolitana.
Durante su intervención, Cabello, psicólogo y doctor en Psicología Social, abordó los retos de la convivencia digital escolar, centrándose en la relación entre estudiantes y tecnologías digitales, la salud mental y el ciberbullying.
Su intervención comenzó con un panorama sobre las prácticas digitales de las y los estudiantes, basándose en los datos del informe Kids Online 2022. El informe, en el que participó como investigador, da cuenta de que la vida digital de los niños, niñas y adolescentes del país se ha adelantado y expandido en los últimos años, por ejemplo, la edad promedio de acceso a celulares ha disminuido de 11 años en 2016 a 8.9 años en 2022. Además, el estudio muestra que la escuela tiene un rol importante en el uso que le dan niños, niñas y adolescentes a internet: un 58 % de los niños, niñas y adolescentes reporta usar de manera diaria internet en su colegio, comparado con un 31 % que declaró lo mismo en 2016.
Considerando este contexto, Cabello repasó la evidencia sobre el impacto de las prácticas digitales en la salud mental. “Tenemos la impresión de que a mayor uso mayor impacto, menor bienestar subjetivo, sin embargo, lo que encontramos es que esa relación no es lineal y eso es muy importante, no significa que tú a cada hora o a cada minuto más que utilices tengas un bienestar subjetivo más bajo o tengas algún tipo de daño”, señaló.
Según describió Cabello, lo que aparece de manera consistente en la investigación es que existe un grupo de usuarios de riesgo, “en general son niños que tienen hábitos de vida saludable descendidos, que incurren en más conductas impulsivas, donde hay menor regulación parental y experiencias negativas previas. Con esto quiero decir que hay un grupo vulnerable, son chicos que están en una situación específica, pero no son todos los que están utilizando el celular”. Añadió que el bienestar subjetivo de los niños y niñas excede el uso de medios digitales, siendo influenciado también por conflictos familiares, convivencia escolar y otros factores.
¿Qué ocurre en el caso del ciberbullying?
Los datos del informe Kids Online presentados por Cabello indican que aproximadamente un tercio de los estudiantes entre 9 y 17 años han sufrido maltrato por parte de otro estudiante, y de estos, un 51% lo ha experimentado online. “Algo muy importante es que los efectos para esos niños son sumamente relevantes, tanto en su vida actual como en la futura, el haber sufrido bullying en la escuela es un predictor de una serie de cosas, incluso de ingresos más bajos en la vida adulta”.
Uno de los desafíos que mencionó Cabello en el caso del ciberbullying es identificar el lugar donde ocurre el fenómeno de la violencia, ya que se ponen a prueba los límites de la escuela. “Hay un tema de responsabilidades, quién tiene que regular en ese espacio, de qué sirve, por ejemplo, prohibir en la escuela el celular, si esto ocurre también en otros espacios”, señaló.
Un enfoque integral
El investigador enfatizó que para abordar el maltrato escolar el trabajo sistémico es muy relevante. “Cuando la escuela y la familia por separado aparecen como apoyo, no reducen el malestar, pero sí cuando se activan en conjunto. Cuando la escuela y la familia están al tanto de lo que ocurre, el nivel de malestar de ese maltrato desciende”. Allí hay un desafío, según los resultados del informe Kids Online los estudiantes priorizan los vínculos familiares y de amistad al momento de buscar apoyo para hablar de una experiencia negativa en internet, mientras que un porcentaje bajo de estudiantes acude a profesores (8 %) y a quienes trabajan ayudando a niños, niñas y/o jóvenes como el orientador, psicólogo y trabajador social (7 %).
¿Qué intervenciones tienen éxito? Según explicó, además de trabajar de manera sistémica las escuelas deben trabajar con los pares testigos. “Tiene mucho más efecto, porque una cuestión que está al centro del ciberbullying son las relaciones de poder, la asimetría entre un niño y un grupo es un indicador muy importante, hay trabajar con los testigos para no legitimar esas agresiones”.
Finalmente, señaló que la convivencia digital debe abordarse de una manera integral, promoviendo una cultura preventiva positiva de uso de internet, a través de la alfabetización digital crítica de las y los estudiantes en un marco de ciudadanía digital, de la alfabetización de los padres, no sólo como usuarios, sino que como mediadores digitales efectivos, e incluyendo a la convivencia digital en la formación docente.
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