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Expertas recomiendan trabajar intensivamente el vocabulario y las inferencias para mejorar la comprensión lectora

06 de Julio de 2022

Académicas del IE e investigadoras del CIAE participaron en la elaboración de dos estudios regionales junto a UNESCO sobre lectura y escritura, con recomendaciones para mejorar el desempeño de las y los estudiantes.

El 44,3 % de las y los estudiantes de tercer grado y el 68.8 % de las y los de sexto grado en América Latina y El Caribe se encuentran bajo el nivel mínimo de competencia en el área de comprensión lectora, según advierte el cuarto Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019) de la UNESCO. 

En este escenario y en el marco del webinar “Los niveles de aprendizaje en el estudio ERCE 2019 organizado por UNESCO , las académicas del Instituto de Estudios Avanzados en Educación e investigadoras del CIAE de la U. de Chile, Macarena Silva y Carmen Sotomayor, entregaron algunas recomendaciones sobre cómo utilizar estos resultados para mejorar el desempeño de las y los estudiantes.

“Más que mirar el lado negativo, nos tiene que movilizar cuáles son los focos que deberíamos tener para incorporar cambios que nos permitan promover y fortalecer el aprendizaje de los niños”, señaló la investigadora  Macarena Silva, quien estuvo a cargo de la elaboración del  documento de lectura del estudio. 

En este sentido, agregó que la comprensión lectora es una habilidad clave para el aprendizaje de todas las disciplinas y para la vida. “Hoy en día que estamos bombardeados con información, es importante comprender y ser un lector crítico sobre las cosas a las que estamos expuestos”, expresó. 

Sin embargo, para la experta en desarrollo de la comprensión lectora, esta no es una habilidad sencilla de adquirir, por un lado, porque los estudiantes requieren incorporar, unir y agregar información de distintas partes del texto para que este pueda cobrar sentido, por otro lado, porque implica un proceso constructivo, en el que las y los  lectores deben utilizar información o conocimiento previo para entender el texto. 

En este marco, la investigadora señaló que dos elementos claves que se pueden intencionar son el vocabulario y la generación de  inferencias.  Según explicó durante su intervención, una dificultad recurrente que tienen las y los estudiantes es no conocer las palabras del texto, lo que es fundamental para poder establecer relaciones de coherencia. 

Uno de los métodos que se recomienda en el documento del estudio es que “los niños no aprendan solo definiciones, sino también cómo esas palabras nuevas se relacionan con otras. Por ejemplo, no es suficiente aprender que narval es el nombre de un animal. Es mucho más eficiente saber que narval es un animal marino, similar a una ballena (también es un cetáceo), pero distinto porque tiene un colmillo muy largo”, indica el texto.

Por otra parte, según la académica, la investigación muestra que la capacidad de hacer inferencias tiene una relación causal con la comprensión lectora. “Los niños que tienen dificultades en hacer inferencias se les hace más difícil comprender un texto”, puntualizó Silva. 

El documento recomienda que los docentes durante la clase usen preguntas que fomenten la generación de inferencias, “por ejemplo, aquellas que utilicen pronombres interrogativos, como «quién», «dónde», «cuándo», entre otros; preguntas de causalidad relativas a los textos utilizados y otras generales orientadas a conectar partes del texto”, señala el documento. También recomienda generar organizadores gráficos que les permitan a los niños visualizar qué información están aportando ellos como lectores en contraposición a la información explícita o presente en el texto.

¿Y la escritura? 

Para la investigadora del CIAE, Carmen Sotomayor, quien estuvo a cargo de elaborar el documento de la prueba ERCE Escritura , uno de los indicadores que se debe reforzar es el “dominio discursivo”, esto ya que los estudiantes presentaron mayores dificultades al momento de escribir textos con un propósito comunicativo claro, y se observó un nivel más bajo de desempeño al momento de identificar correctamente los distintos géneros textuales. 

Otro punto se debe prestar atención es la ortografía inicial: “en sexto grado tenemos problemas de ortografía, eso es bastante sorprendente, todo lo que tiene que ver con asociación de fonema y grafema”, señaló Carmen Sotomayor. 

En esta línea, durante su presentación, destacó cuatro estrategias para reforzar en el aula. Una de ellas es utilizar rúbricas para la retroalimentación y evaluación. “Uno las puede crear con los niños y es muy interesante que los estudiantes las conozcan antes de escribir, de modo que sepan lo que se espera de ellos, y también es interesante para evaluarla”, explicó. 

Además, remarcó la importancia de que las y los estudiantes escriban diversos géneros para una amplia variedad de audiencias, y no solo formar a los niños en escritura de cuentos en la educación primaria, sino que también estimularlos a escribir cartas, presentaciones, comics, entre otros. 

Finalmente señaló que “hay que enseñar la escritura como un proceso recursivo, es decir,  introducir la idea de que uno escribe borradores que están siempre siendo corregidos, que siempre se pueden ir mejorando y uno puede ir monitoreando esa escritura”. También recomendó “dar tiempo para la escritura, la idea de la escritura diaria, aunque sea corta, con distintas  consignas y géneros y desde los primeros años, escribir ojalá todos los días”.

En ambos documentos, las y los docentes podrán encontrar distintas actividades en el área de lectura y escritura para realizar en el aula. 

 

 

Crédito fotografía: Vector de estudiante animado creado por pch.vector - www.freepik.es 

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